Montevideo y la ciudad de México, hacia una hermandad desde la defensa y promoción de los derechos humanos de las personas mayores.
Participación de María de los Ángeles Fuentes Vera, del Comité de Derechos Humanos Ajusco y Consejera de COPRED en el bloque “Bloque Intergeneracional” de la mesa “Intercambio de experiencias y ciudades incluyentes”.
Recientemente se publicaron los resultados de la “2a Encuesta sobre Discriminación en la CDMX (EDIS 2017)” realizada por este Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED), que da cuenta de interesantes datos sobre la percepción ciudadana relacionada a la igualdad y a la discriminación.
En sus principales hallazgos se puede observar que -de acuerdo a las personas encuestadas- la “Edad avanzada” es una de las principales causas de discriminación.
En una reflexión más integral podemos señalar que la vejez y el envejecimiento son condiciones que se tranversalizan, porque hay personas mayores que viven con una o varias condiciones de discriminación como lo son la pobreza, el color de piel, la preferencia sexual, un bajo nivel educativo, precaria situación económica, situación de discapacidad, pertenecer a un pueblo indígena, así como ser discriminadas por clase social, apariencia física, vestimenta, desempleo, entre otras.
De los grupos en situación de discriminación las personas mayores siempre nos encontramos en los primeros lugares.
El próximo 24 de octubre se llevará a cabo en la ciudad de Montevideo Uruguay, la Consulta Pública para elaborar el plan de trabajo de la Unidad sobre los Derechos de las Personas Mayores de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). No es una sorpresa que uno de los temas centrales para esta Unidad sea “la discriminación por motivos de edad y discriminación interseccional”.
Y tampoco es sorpresa que Uruguay sea sede de este importante ejercicio con sociedad civil de América Latina. Este país fue uno de los primeros que firmaron la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, junto a Brasil, Chile y Costa Rica.
Un grupo intersectorial conformado por organizaciones de la sociedad civil, instituciones gubernamentales y organismos públicos de derechos humanos hemos enfocado una buena parte de nuestras estrategias en impulsar que México se adhiera a dicha Convención.
Nuestros esfuerzos no han sido en vano, ya que el pasado 10 de octubre el Secretario de Relaciones Exteriores Luis Videgaray anunció que en breve el Gobierno de México presentará la Convención al Senado para su aprobación.
Este importante instrumento debe ser conocido por la población en general, principalmente por las personas jóvenes. Debemos trabajar desde ya, para que el trato igualitario sea condición cotidiana de todas las personas.
Hace unos días, a raíz de los sismos que han afectado a esta ciudad de México y otras entidades del país, se vivieron y gozaron extraordinarios momentos igualitarios gracias a la solidaridad espontánea para ayudar en las zonas damnificadas. Personas mayores y personas jóvenes participamos hombro con hombro para el rescate y la ayuda.
Sin embargo, la emoción ha sido pasajera. Hoy 17 de octubre de 2017 hay cientos sino es que miles de mujeres mayores en zonas dañadas por los sismos, principalmente en zonas que no han sido visibilizadas ni mediatizadas, en la franja fronteriza entre Iztapalapa y Tláhuac.
Ahí no ha habido abastecimiento de agua, ni apoyo gubernamental, ni información fehaciente, ni refugios, ni cobijo, ni esperanza frente a sus casas inhabitables, patrimonio perdido e incertidumbre. Hablamos de las colonias Del Mar, la Turba, la Nopalera, La Planta, El Molino, Cananea, entre otras.
¿Cómo explicarle a esas señoras sobre la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores?
¿Cómo contarles sobre la Consulta Pública de la Unidad sobre los Derechos de las Personas Mayores?
Ellas van a estar de acuerdo con nosotras y nosotros que las personas mayores somos uno de los sectores poblacionales más discriminados.
¿Y después?
No basta con visibilizar la problemática de las personas mayores, hace falta que todas y todos entendamos a la vejez y el envejecimiento como procesos propios, como algo inevitable que debemos afrontar con todos los recursos y energías.