Las personas trabajadoras del hogar: dignidad y derechos
Ana Luisa Nerio Monroy
Área de Análisis e Investigación del Comité de Derechos Humanos Ajusco.
El 30 de marzo se conmemora el “Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar”. Hombres y mujeres dedicados a los trabajos domésticos de manera remunerada suman, de acuerdo a cifras de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) 53 millones de personas en todo el mundo. En nuestro país, 2.2 millones de personas se dedican al trabajo del hogar remunerado y de éstas, el 91 por ciento son mujeres. Aunque reconocemos que hay hombres realizando trabajo doméstico remunerado, son los menos. Por esa razón nos enfocaremos en las trabajadoras del hogar.
- Las cifras: 2 millones 11 mil 403 mujeres en nuestro país, son trabajadoras del hogar; solo el 19.53 por ciento de las trabajadoras del hogar se encuentran afiliadas al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS); 9 de cada 10 no cuentan con contrato laboral; en promedio las trabajadoras del hogar trabajan 31. 5 horas a la semana. (Fuente: Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, Conapred, “30 de marzo, Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar).
- Las violaciones a sus derechos. Las trabajadoras del hogar se enfrentan a múltiples violaciones a sus derechos humanos: ausencia de contratos, bajos salarios, ausencia de prestaciones sociales, de seguro social y servicios médicos, no hay vacaciones, pensiones y jubilaciones; existe explotación laboral y abusos sexuales.
- Discriminación. Por su condición de género, de clase y por su edad las trabajadoras del hogar son objetos de múltiples actos discriminatorios. Hay estigmatización y maltrato en su contra. La Encuesta Nacional de Discriminación (Enadis 2010) elaborada por el Conapred señala que 25 de cada 100 personas encuestadas justifica darles de comer las “sobras” de la comida.
- Niñas y adolescentes vulnerables: Una de cada diez niñas y adolescentes que trabaja, lo hace como empleada del hogar y de cada 10 empleadas del hogar, ocho tienen entre 5 y 15 años. Por su edad, estas trabajadoras se encuentran en una situación de vulnerabilidad mayor, tema que urge ser atendido.
- Cuestión de género: Aunque hay hombres que trabajan en el sector doméstico remunerado, éstos son la minoría. Las labores domésticas que implican la limpieza del hogar, la preparación de alimentos y el cuidado de la familia son tareas tradicionalmente asignadas a las mujeres. Por tratarse de una actividad feminizada, el mercado laboral y el sistema económico capitalista les asignan un menor valor. Al mismo tiempo, es una realidad apenas analizada, el hecho que sean mujeres las que emplean a mujeres para que las empleadoras puedan desarrollarse profesionalmente. Se delega a otras mujeres un trabajo que el sistema patriarcal ha señalado como tarea de la mujer. Esto sin cuestionar la necesidad que existe de que sean hombres y mujeres por igual quienes compartan las tareas del cuidado del hogar y de la familia. Si el trabajo doméstico fuera adecuadamente remunerado y no se le viera como una tarea “menor” habría más hombres trabajando en ello o personas con perfiles educativos más altos ya que se le vería como una labor digna, y que puede complementar un ingreso.
- Cuestión de clase: En el sistema económico capitalista, en el que predomina el sistema patriarcal, el trabajo del hogar es trabajo femenino y por lo tanto es remunerado a la baja. Aunado a esto, el trabajo doméstico es poco reconocido y su valor se invisibiliza. Dado que es muy mal pagado, pocas son las personas que lo realizan y las que lo hacen provienen de estratos sociales vulnerables y con una situación económica precaria como mujeres indígenas, migrantes, niñas. México es una sociedad sumamente clasista, por lo que entra más recursos existan es más probable que se contraten los servicios de otras personas a quienes no se ve como trabajadores dignos y con derechos.
- Marco legal de protección incompleto. El trabajo del hogar está parcialmente reconocido en la Ley Federal del Trabajo, lo que lo hace un campo mal regulado y que permite violaciones a los derechos laborales. México es uno de los países que no ha firmado el Convenio 189 de la OIT sobre las trabajadoras y trabajadores domésticos.
- Retos: 1) Armonizar el marco normativo nacional con los estándares internacionales de derechos humanos y en particular ratificar el Convenio 189 de la OIT y modificar la Ley Federal del Trabajo; 2) Diseñar y realizar campañas de información y sensibilización para la población en materia de no discriminación y trato digno a las personas trabajadoras domésticas.